Autor: Víctor Fairén
Dentro de la comunidad Agile que conozco encontramos 3 tipos de posturas muy distintas sobre SAFe. Si es realmente Agile o no es Agile, y si sirve o no sirve para nada:
SAFe es el Santo Grial: defensores acérrimos de las bondades y vicisitudes de este marco de trabajo. SAFe es Agile! Sin duda, y sobre todo es el único modo de llevar Agile a las grandes organizaciones.
SAFe es maligno: opositores convencidos que SAFe no tiene nada que ver con Agile. Algunos aluden a que cuando se publicó el “Agile Manifesto” su creador todavía estaba con métodos de trabajo incrementales (que no iterativos).
Todos los puntos de vista son respetables, por supuesto. A veces, estas posturas tan radicales se deben a falta de conocimiento o malas experiencias. Tendremos personas que han visto como las iniciativas Agile fracasaban en su empresa hasta que se usó SAFe como marco de trabajo y entonces empezaron a cambiar cosas. Otros han sufrido como trabajaban en equipos ágiles y cuando la organización ha empezado a usar SAFe todo se ha vuelto procesos estrictos y se trabaja desde una perspectiva de control sobre los equipos. En ambos casos, su opinión puede estar sesgada por su experiencia.
Hay un tercer grupo de personas:
SAFe… depende! SAFe puede ser muy útil para las organizaciones siempre y cuando se utilice bajo una perspectiva Agile. Por suerte este grupo cada vez es más numeroso. De hecho, a pesar de ser formador oficial de SAFe desde 2015 (SPC) me considero en de este grupo y ayudando a los indecisos descubrirlo y a la gente de los dos grupos anteriores a ver la otra cara de la moneda.
Generalmente, las personas tienen directamente la visión de SAFe que es la del propio formador que les ha explicado de que trata SAFe. No es poco habitual, por mala suerte, encontrarme gente que me espeta “SAFe no es para aquí”, “Como PO pierdo toda capacidad de influencia”, “antes era SM y ahora soy un PM venido a menos”. Ayudar a reconducir estas situaciones no es tarea fácil, es todo un reto… ¡y me encanta!
SAFe: pasar de Waterfall a Agile
En ocasiones, he oído que SAFe es la solución para las empresas para pasar de trabajar con modelos tradicionales predictivos a Agile o modelos empíricos. ¡Esto no es cierto! Lo siento no es tan fácil.
SAFe no es un marco “plug and play” donde un día somos waterfall y al siguiente Agile. O bueno, podemos ser un waterfall con elementos Agile pero realmente nada ha cambiado, solo cambios de nombres en los roles, usar post-its y nuevas ceremonias que se añaden a todas las que existían previamente.
Lo cierto es que SAFe nos puede ayudar en el cambio de waterfall a Agile:
SAFe puede ser la palanca para el cambio!
Aquí es donde empieza realmente el cambio, entender su uso como palanca. Y nos servirá para evitar caer en los principales y típicos errores que se dan en las organizaciones cuando usan SAFe:
- Nuevos roles que se usan para perpetuar la jerarquía existente sin importar las competencias.
- Reducir costes de ciertos eventos, quitando el potencial que podrían aportar.
- No considerar los tiempos de coordinación al escalar.
- Planificar sin considerar la incertidumbre del entorno ni la necesidad de flexibilidad.
- No considerar las distintas competencias a adoptar en la organización.
Si quieres conocer más sobre SAFe y como puede ayudarte en tu evolución hacia Agile te animo a asistir a mi próxima formación. Veremos cómo SAFe puede servir tanto para evolucionar de un modelo tradicional a Agile o a escalar Agile dentro de la propia organización.
Autor: Víctor Fairén
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