Hace unos años la CNN estrenó un documental sobre la Cienciología, sus métodos y su historia. Reza Aslan tuvo la oportunidad de hablar con aquellos que en Cienciología se hacen llamar Free Zoners.
Son aquellos que, desencantados con las prácticas de la institución, siguen trabajando para promover las enseñanzas de L. Ron Hubbard desde fuera de la Iglesia.
En su momento, este documental me hizo pensar sobre el mundo de Agile y el mundo del Coaching.
Hace más de 10 años que estudié un master en Coaching de unos dos años de duración en una escuela de prestigio.
Aprendí muchas cosas sobre un grupo de prácticas y técnicas que a lo largo del tiempo, por un lado se han profesionalizado y por otro se han convertido en humo -cualquiera puede hacerlo-.
Hoy el coaching está más que nunca presente en nuestras vidas.
La mayoría de la gente ha escuchado hablar del mismo y muchos han hecho una cursos para aprender técnicas que, en la mayoría de las ocasiones, no tienen nada de ayuda para el acompañado y se basan más en manipulación y violencia emocional.
El Agile Coach
El título de Agile Coach se ha ido forjando con los años para denominar a aquellos que se encargan de promocionar una visión holística de los métodos ágiles más allá de una o dos metodologías.
Personas que, además del conocimiento, poseen una amplia experiencia en la aplicación de las mismas a dominios concretos, como el desarrollo de Software.
De hecho, en muchas organizaciones el Agile Coach se ve como el siguiente paso de evolución de un Scrum Master. El problema, al igual que en el coaching a secas, es que cualquier cosa vale.
En uno de antiguos clientes, tuvieron una experiencia horrible con un Agile Coach que se centró más en hacer de Psicólogo de la organización que en aportar ninguna herramienta que mejorara los procesos de la misma.
¿Por qué?
Porque es más fácil saber de algo de lo que no sabe nadie más y centrar los problemas en que los miembros del equipo de desarrollo sufren de dolor emocional y necesitan terapia de equipo.
Cuando, al cabo del tiempo, este Agile Coach se vio presionado por parte de la organización para saber de qué manera se podían mejorar los productos, la calidad y la entrega, se convirtió en el peor de los déspotas que no tuvo ningún reparo en sacar el látigo y ponerse a motivar programadores.
Hace unos años, David Bonilla decía lo mismo en su Newsletter: La fecha de entrega es sagrada, Agile o no Agile.
Fechas de entrega
No creo que David se considere de esa casta de gente que aprieta a la gente por beneficio propio.
El problema es que, cuando las cosas aprietan, nos quitamos las caretas y vemos lo que realmente es importante para nosotros.
Al fin y al cabo: Si descubrimos a nuestra esposa con otro, vemos nuestra casa en llamas y descubrimos que nos hemos sentado en un avispero, ¿De cual de los problemas nos vamos a ocupar primero?
Los métodos ágiles no tienen mucho que ver con las fechas de entrega.
Cualquier persona que, trabajando en la industria del Software da fechas -sagradas- de entrega a más de dos o tres semanas vista, no solamente es un inconsciente sino que además es poco profesional.
Este es el elefante en la habitación del mundo del desarrollo de Software. No es que nos desviemos un poco, es que en ocasiones el desvío es de órdenes de magnitud. Y esto es debido a la complejidad del mundo del software.
Las fechas de entrega no son un deseo, sino un resultado.
Solamente puedes tenerlas cuando mides la realidad de la empresa. Comprometerte a una fecha de entrega en el mercado del Software es como comprometerte a que mañana Lunes llegarás de Chamartín a Pozuelo de Alarcón en 30 minutos.
Quizás lo consigas o quizás no. Porque no depende de tí, sino de un mundo complejo en el cual tienes poca capacidad de controlar las variables que van a tener efecto en tu resultado.
Scrum no es sino un marco que nos permite eliminar las variables de promesas e inspeccionar y adaptar conforme vamos haciendo. Estoy en Chamartín, el cercanías va retrasado ¿Adapto? ¿Cambio mi plan? No tiene nada que ver con entregar, excepto en que Scrum no tiene sentido si no entregas.
Entregar no es entregar en una fecha. Es ser transparente con tu trabajo. La fecha de entrega no es sagrada. Es el deseo estúpido de un inconsciente.
Las metodologías ágiles y el Agile Coaching tienen que sufrir una reforma, al igual que le está pasando a la Cienciología. Porque si no, Agile terminará teniendo la misma percepción para el público que la Cienciología. La de una secta.
No importa si te sientes identificado con las creencias y valores que promulgan o no. Lo que hay que reformar es que cualquiera no pueda llegar a un cliente y pasar de hablar de terapia de equipo a motivar con el látigo con la excusa de las metodologías ágiles.
Soy consciente de que, al igual que los Free Zoners de los que hablaba al comienzo de la Newsletter, hay muchas personas que se sienten decepcionadas con la manera en que ciertos métodos, metodologías o librerías han tratado a sus creyentes de tal manera que se han convertido a formas de ser y de actuar alternativas.
Para terminar, te dejo un video que publiqué en Youtube aclarando el trabajo que tiene que hacer un Scrum Master.
Ricardo dice
Gran tema. Coincido casi en todo. Sólo apuntaría que la presencia del SM en Dailys si no necesaria, si es importante en equipos nuevos o con problemas de integración, bajos resultados, etc. Sobretodo para fortalecer los principios y detectar/resolver problemas. Sobre aprender programación, yo lo dejaría después de dominar otros aspectos como Producto, resolución de impedimentos, negociación y por supuesto, reforzamiento del marco agile en los miembros de equipo.