Si hay un elemento en comunicación no verbal que puede proporcionarnos una información muy valiosa de como se encuentra nuestro interlocutor, son las manos. Las manos son un refuerzo del mensaje, pero cuando se encuentran en un estado inconsciente también pueden darnos información de las emociones que siente la otra persona. Foto: Lolita
Recordar, como hago habitualmente, que el Lenguaje No verbal se asemeja más a un arte que a una ciencia, y sin todos los datos referentes al entorno, resulta muy difícil saber cuando se trata de un mensaje u otro, ya que depende tanto del propio mensaje como del contexto en el que se emite.
- Posición de las manos. Cuando una persona se encuentra relajada, habitualmente las manos se encuentran juntas, tocándose la punta de los dedos o entrelazadas sin generar ninguna tensión entre sí. Cuando las manos se encuentran pegadas al cuerpo, indican que la persona se encuentra cómoda, si éstas se encuentran separadas, indican que necesitamos espacio. Si están cruzadas por detrás de la espalda, la persona se encuentra receptiva a nuevas propuestas, si se encuentran cruazadas por delante, indican que la persona simplemente está atenta y alerta a lo que decimos.
- Posición de las palmas. Las palmas pueden estar abiertas hacia el exterior, lo que indicaría apertura, o hacia la persona, lo que podría indicar tanto que la persona se encuentra receptiva pero poco propensa a aceptar per se nuevas ideas u opiniones, como que simplemente necesita procesarlas antes de darlas por buenas y aceptarlas. También puede ocurrir que la palma cubra alguna de las zonas de nuestro cuerpo (los genitales, la boca). Eso indicaría que nos preocupa lo que estamos percibiendo y nos preparamos para defendernos.
- Dilemas y tensiones. Las manos además nos indican el estado emocional de nuestro interlocutor. Si estas se encuentran enlazadas de forma tensa, probablemente la persona siente rabia o frustración por algo que está ocurriendo. Los puños fuertemente cerrados son señal inequívoca de violencia, aunque otros gestos como las manos entrelazadas cogiendo las muñecas pueden indicar un problema con nosotros, que somos los interlocutores. Los dedos tamborileando sobre una pierna o una mesa indican impaciencia, probablemente provocada porque nuestro argumento no está calando con la suficiente intensidad
- Frotarse las manos. Clásico gesto indica que la persona está construyendo un futuro mental en el que las condiciones y sucesos son favorables para ella. Por ejemplo puede ir acompañado de la frase: “Con este negocio vamos a ganar mucho dinero”. Probablemente la persona esté pensando en plural, inconscientemente sabe que éste negocio va a ser muy productivo para él/ella en particular.
- Jugar con el anillo. Éste gesto es muy seductor, e indica que nuestro interlocutor tiene un dilema debido a que estaría dispuesto a llegar más lejos, generalmente en el ámbito personal, con nosotros. Lo cual le produce ansiedad. El hecho de quitarse imaginariamente el anillo es un gesto de seducción y de apertura que generalmente viene dado por encontrarse muy cómodo en una situación determinada.
- Mover los pulgares. Éste caso en particular, la persona se encuentra con las manos entrelazadas, en aparente distensión, pero juega con los pulgares uno sobre otro o a dar vueltas entre ellos. Éste gesto indica que la paciencia de la persona se está acabando, y que es probable que en breve corte la interacción o se evada de la misma.
El objetivo de ser consciente de este tipo de comunicación es poder reforzar nuestro mensaje hacia donde creemos, en base a nuestra observación, que éstamos fallando, y justificar así nuestra intuición, que muchas veces nos indica mensajes contradictorios que no somos capaces de distinguir con claridad al no tener algunas herramientas, como el Lenguaje No Verbal, lo suficientemente desarrolladas.
Como último detalle, la posición de las manos se utiliza en meditación para inducir al cuerpo a estar receptivo hacia un tipo de percepciones u otras durante el tiempo que dura el estado meditativo.
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