La semana pasada publiqué un post sobre la duración de los Sprints en LinkedIn que suscitó un cierto debate sobre la idoneidad de DevOps sobre Scrum. Curiosamente, en la lista de trainers de Scrum.org se produjo un debate similar. Martin Hinselwood estaba preparando una presentación para una conferencia y también suscitó la misma discusión.
Ya he hablado sobre DevOps y Scrum en el pasado. Mi opinión es que son complementarias, y mientras que Scrum pone el foco en el ciclo de vida de un producto, DevOps lo pone en todo el pipeline de desarrollo y despliegue, lo que los convierte en aliados.
En este artículo quiero hablar sobre un mito que surgió en la conversación y que he escuchado muchas veces con anterioridad. ¿Supone Scrum hacer las cosas rápido y dejar de lado la seguridad y la calidad?
El cuchillo la mató, señoría
El oportunismo del agilismo, un artículo publicado en el blog de Deiser, es el desencadenante de este debate. Cada vez más -especialmente durante los últimos dos años- el número de agilistas que se suben al carro ha crecido exponencialmente. Consultoras, empresas y profesionales que una vez creyeron en algo, ahora creen en todo lo contrario.
Y por ende, al final aquellos que usan Scrum, o Kanban, o DevOps, sufren de ese oportunismo de algunos que nunca entendieron bien que hacían.
Lo que no cuenta el artículo es que todos, alguna vez, fuimos oportunistas. Todos hemos aprendido haciendo camino, equivocándonos y dejando nuestros errores cerrados en el armario. ¿Cómo aprende una persona que solamente ha tenido éxitos en la vida?
El problema de fondo son las víctimas del oportunismo. Los que creyeron los cantos de sirena de aquellos que les prometían lo imposible. Un curso de dos días y una charla a sus empleados que cambiará su empresa. ¿Un curso de Scrum? Lo tengo. ¿Uno de Kanban? Como no. ¿DevOps? Déjeme que lo consulte con nuestro equipo de expertos y se lo dejamos a precio estándar.
El oportunismo de Scrum
Scrum es oportunista. Total y absolutamente. Nos permite hacer adaptaciones continuas y aprovechar la oportunidad que tengamos. En ocasiones en menos de siete días. Muchas organizaciones tienen un problema entendiendo este concepto y yo lo he sufrido personalmente.
En mi época de Product Owner en una empresa de energía, el equipo de desarrollo y yo teníamos verdaderas batallas porque sólo hacíamos lo que era posible en un Sprint. Este Sprint lo dedicaba a una feature enfocada al cliente y el próximo a una mejora del rendimiento de los algoritmos de Machine Learning.
Les costaba entender esto. Siempre hacíamos lo mínimo posible para pasar al siguiente Sprint, lo cual frustraba mucho a los desarrolladores. No podían dedicar dos, tres o cuatro Sprints a lo mismo. Sin embargo, siendo ésta la principal característica de los métodos ágiles… ¡Las organizaciones no la utilizan!
Quieren seguir teniendo planificaciones trimestrales, anuales, quinquenales. No quiere pensar la mejor manera de invertir su dinero cada Sprint, dicen que eso no puede ser posible. Y sí, es posible. Son esas organizaciones que entienden que tienen que aprovechar cada oportunidad las que están ganando la partida del consumidor digital.
El problema está en la palabra. En como la usamos en Castellano. Aquí, oportunidad, bien. Oportunismo, mal. Se usa en sentido peyorativo. Y no tiene por qué serlo. ¿Qué CEO se negaría a tener la oportunidad de aprovechar cada oportunidad antes de que pase?
Calidad, seguridad, NFRs…
Precisamente son las organizaciones más oportunistas las que no se pueden permitir escatimar en rendimiento, calidad y seguridad del Software que construyen. Saben que paso dado no es paso atrás, por tanto implementan pensando en tener una base de usuarios 10 veces mayor, aseguran su código con cientos de tests y tienen los sistemas de integración continua más avanzados entre su competencia. No hay posibilidad de deuda técnica.
Son aquellas organizaciones que quieren planes a cinco años, que no ponen nada frente al cliente hasta que no está aprobado por un comité de cambios, las que no entienden el oportunismo. Rechazan la herramienta más potente puesta a su disposición para poder mantener lo que ya conocen.
El agilismo es oportunismo. En el sentido peyorativo y en el sentido positivo de la afirmación. Así tiene que seguir siéndolo. Un día, algunos locos intentaron aprovechar la situación que la frustración de Prince 2 y PMP dejaban a sus clientes e inventaron esto. Hoy nos toca promover el oportunismo entre nuestros clientes para que entiendan qué es agilidad.
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