5 signos de que nos mienten

Detectar mentiras siempre ha sido uno de los aspectos por los que más nos hemos preguntado. Para ello se han inventado multiples sistemas, como el famoso polígrafo o el suero de la verdad, que nos permiten saber si una persona está diciendo la verdad o no. Foto: Leo Reynolds

El lenguaje no verbal se asemeja más a un arte que una ciencia, ya que constantemente se producen gestos funcionales que podrían despistarnos. Lo mejor en el caso de estar iniciándose es no intentar analizar cada uno de los gestos que se producen, sino ir fijándose en los macrogestos y poco a poco ir mejorando nuestras percepciones.

Aquí van cinco señales de que nos están mintiendo:

  • Llevarse las manos a la boca o a la nariz, taparse la boca o rascarse la cara. Suelen ser signos que indican que hay algo que ocultar, que algo huele mal, o que nos hace sentir incómodos: picores.
  • Mirada fija en el interlocutor, evitar mirar hacia abajo. Las personas necesitamos desviar la atención unos microsegundos para poder pensar y acceder a cierta información en nuestro cerebro. Si la persona nos está contando una experiencia personal, necesariamente tendrá que mirar hacia abajo, pero los mentirosos no lo hacen porque creen que es un gesto que podría desenmascararles.
  • El tamaño de las pupilas. La pupilometría al principio parece muy complicada, debido a que fijarse en el tamaño de las pupilas de las personas es, a priori muy complicado; una vez que se va cogiendo práctica, es casi una de las maneras de saber que pasa por la cabeza de la persona. Un tamaño de pupila reducido indica que la persona no se encuentra aquí, sino que esta construyendo en su cabeza. La dilatación de la pupila indica que la persona se encuentra relajada y en el momento presente.
  • Argumentos perfectos. Las mentiras suelen tener coartadas perfectas, respuestas rápidas a cualquier cosa en torno a la mentira. Cuando María te dice: «Estuve en el Super», tu preguntas: «¿Qué super?» y ella responde casi inmediatamente: «En el mercadona», probablemente esté mintiendo, ya que a su cerebro no le ha dado tiempo a procesar esa información. Acceder a ella requiere de unos microsegundos donde la atención de María se diluye. Si además responde sin dejar de mirar fijamente a los ojos, miente de todas todas.
  • La intuición. Cuando intuimos que nos mienten, es que probablemente lo estén haciendo. No así cuando nos dicen la verdad. El cerebro humano tiene una inmensa capacidad de procesar detalles inconscientes de los que nunca llegamos a darnos cuenta, si no es mediante las intuiciones. Desde pequeños nos han indoctrinado en que probablemente todo lo que pensamos sea incorrecto, por lo tanto la gente suele dejar de hacer caso de su intuición desde muy joven, olvidando una herramienta magnífica para su desarrollo personal.

Por último un pequeño aviso a navegantes. Detectar mentiras es relativamente fácil, de hecho es una de las primeras cosas que se pueden aprender en comunicación no verbal, para lo que no nos encontramos preparados es para aceptar la decepción que supone que ciertas personas de nuestro entorno nos mientan constantemente.