• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Icono Jeronimo Palacios

Jeronimo Palacios & Associates

Transformación digital

  • Agile Academy
    • Scrum Mastery
  • Próximos cursos
  • Scrum.org
    • Applying Professional Scrum
    • Applying Professional Scrum for Software Development
    • Professional Scrum Master
    • Professional Scrum Master II
    • Professional Scrum Product Owner
    • Professional Scrum Product Owner Advanced
    • Scaled Professional Scrum
    • Professional Agile Leadership
    • Professional Scrum with Kanban
  • Kanban University
    • Team Kanban Practitioner
    • Kanban System Design
    • Kanban Systems Improvement
  • Servicios
    • Formación
      • Management 3.0
      • SAFe 5.0
      • Lean Change Management
      • DevOps Institute
    • Agile Coaching
      • Discover and deliver Agility
      • Solicitud de propuesta de servicios profesionales
    • Software
      • Diagnóstico de Arquitectura de Software
    • Recursos
  • Blog
  • Guías
    • Método Kanban
    • Nexus
    • Definitiva Scrum
    • Oficial Scrum
  • Acerca de
    • Videos sobre Scrum y Kanban
  • Contacto
  • Show Search
Hide Search

cambio personal

No todo es cuestión de cultura, pero juega un papel muy importante

Antes de saber lo que significaba Agile, no existía para mí y mi entorno la parte cultural de una empresa. Las cosas eran así, sin más. Entrabas en una empresa y te adaptabas a su forma de hacer, estuvieras más o menos de acuerdo. Las cosas cambian, evolucionan, e igual que el trabajo mecánico ha cambiado por el trabajo del conocimiento, cada vez más, hablamos de cultura. Cultura de empresa como conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social. Ahora, no solo cambiamos de trabajo porque nos guste más el puesto o porque el salario es más alto. Ahora también nos importa el pensamiento global de la empresa, por qué hacen lo que hacen. Y el más importante: por qué me gustaría que funcionara con mi aportación.

Desde que trabajo como Scrum Master, las entrevistas a las que he asistido siempre me han parecido bastante atípicas. Venía de trabajar en equipos de desarrollo de software y el conocimiento técnico siempre es mucho más importante que tus capacidades sociales, organizativas e interpersonales. Las preguntas eran más personales, quieren saber cómo reaccionarías, cómo entiendes algunas respuestas de personas, cómo conseguirías ayudar a otros. La principal diferencia entre un trabajo visible a uno invisible.

Cuando estaba decidida a buscar algo distinto y estaba en varios procesos de entrevistas, me contactó Alberto Serrano, con quién había trabajado antes de que se uniera a Jerónimo Palacios & Associates. Fue un mensaje: “Tengo que contarte algo que puede interesarte”.

Gestión de expectativas

No sé si llamarlo entrevista. Pero supongo que es lo que fue, porque ellos me contaban lo que necesitaban, no, lo que estaban buscando, tampoco, perdonad… En realidad me contaron lo que estaban haciendo y querían hacer y me preguntaron qué valor podría añadir. Claramente esto es un cambio de cultura muy grande. Los que me conocen, podrán imaginarse mi cara. Para los que no, soy una persona bastante expresiva y mi cara lo refleja todo según lo pienso. Mi expresión pasó de la confusión a la duda, el asombro, la incredulidad, esperanza y por último la felicidad. Felicidad, porque sin siquiera ser parte de ese equipo, ya estaban contando conmigo, confiando en mí y en mi criterio.

Alberto en su conversación con Jero, buscaba información formulando preguntas (creo que es deformación de Agile Coach). Mi respuesta fue quedarme en blanco. Estaba procesando todo lo que ocurría y tardé en responder porque no era, en ningún caso, lo que estaba esperando. Ambos me contaban la cantidad de ideas, propuestas, opciones a las que podría sumarme y… yo estaba, perdonad por la expresión, “alucinando pepinillos”.

La parte de mí que lo esquematiza todo intentaba quedarse con ese “¿qué esperan de mí?”. Pero mi mente creativa ya volaba muy lejos con un sinfín de ideas y cosas molonas que podríamos hacer. Aunque, aún tenía que pasar por un proceso de cambio para entenderlo del todo.

Cambio de cultura, cambio de mentalidad

Existe un proceso de adaptación a la cultura de un nuevo trabajo que cualquier persona y equipo necesita superar. Sobre todo cuando estamos hablando de querer ser el mejor equipo. En cualquier equipo existen una serie de procesos, flujos de trabajo o diferentes formas de hacer las distintas tareas. En mis experiencias previas, esto ya estaba definido, tenían claros los pasos a seguir y simplemente hay que preguntar y adaptarse. Aquí no.

Desde el principio, como contaba mi compañero Alberto en su llegada a la empresa: es un reto personal. Un cambio de mentalidad y un proceso de entendimiento y comprensión de la nueva cultura. A veces estamos confundidos al respecto. Pensamos que el cómo se hacen las cosas es cuestión de lógica cuando no tiene por qué. En muchos sitios ni siquiera se plantea, se da por hecho. Esto se convierte en personas incapaces de innovar y una empresa atascada. Aquí no.

El valor que aportamos

Tenía muchas ganas de demostrar todo lo que quería aportar. Y estaba perdiendo el foco en todo lo que tenía que aprender. Algo que además es necesario para que mis aportaciones sean realmente valiosas para mis compañeros, mi empresa y nuestros clientes.

Recuerdo haberles dicho una frase parecida a “si me comparo con vosotros soy un pececito”. Su respuesta fueron caras de confusión. Ninguno esperaba que me comparara con ellos. Entonces volví a las bases. En un equipo bueno, las personas se complementan. Son capaces de llevar a cabo distintas cosas, pero necesitan al resto para, como equipo, aportar mayor valor.

Personalmente es mi parte creativa la que más voy a aplicar en un principio mientras me formo con los mejores. Voy a retomar mi perfil de Diseño Gráfico. Le daré cariño a la web, campañas de marketing, merchandising… Lo mejor de todo es que no existe un puesto definido. Seguiré siendo Scrum Master en los clientes a quienes vayamos a acompañar, pero también voy a dar apoyo a todos mis compañeros en sus formaciones. La empresa va creciendo y hay que mimarla así que todos tenemos que darle lo que necesita.

Esto es solo el principio

Lo bueno que tiene trabajar con personas que creen en las personas y llevan el agilismo en las venas, es que todos los días aprendes algo de cada uno de ellos. Ya no solo por la experiencia profesional que puedan tener, sino porque ves distintas formas de pensar para llegar al mismo punto. El equipo hace que el cambio de cultura y mentalidad sea más fácil. Nadie da por hecho que sepas de todo ni que tenga que ser así. Eso crea un ambiente mucho más seguro a la hora de proponer y probar.

Mi experiencia a día de hoy es totalmente positiva, cada paso es emocionante. Tengo mucho que estudiar y hay mucho trabajo que hacer pero no me agobia. Me parece algo bonito, verlo crecer, crear algo juntos de lo que estar orgullosos. Y aunque la cultura que tenemos es muy distinta a todo lo que he vivido antes. Es cuestión de adaptarse poco a poco porque el equipo te ayuda. Prometo escribir más adelante para contaros si mi experiencia sigue por el mismo camino.

La decisión de subirme al tren de Jerónimo Palacios & Associates

Como algunos sabréis, recientemente me he incorporado a las filas de Jerónimo Palacios & Associates. Me gustaría compartir cómo ha sido esta experiencia y los sentimientos que he ido atravesando. También el porqué de esta decisión y qué ha implicado.

Recuerdo como si fuese ayer mismo el día en que Jero me planteó que colaborásemos juntos. De esto ya hace unos meses. La alegría me invadió completamente. A pesar de ello, no era el mejor momento pues todavía me faltaba trabajo por cerrar en la empresa en la que estaba.

Al tiempo coincidimos de nuevo en un evento de agilismo. De forma totalmente natural retomamos aquella conversación que había quedado en un “ya hablaremos”. Jero continuó contándome el proyecto que estaba preparando, ahora con mayor detalle pues ya lo tenía más aterrizado, y entonces empezó a picarme la curiosidad. Sentí la necesidad de conocer el significado de “unirme al proyecto”.

Freedom & Responsibility

Poco después de aquel día, empecé a degustar el sabor agridulce de tener la libertad de establecer mis propias condiciones, mis propios límites, de escoger qué quería hacer. Tenía delante de mis narices una versión extrema del famoso Freedom & Responsibility, aunque hasta aquel instante no había sido realmente consciente de ello. En este momento la sensación que tenía era de miedo, pues a pesar de que en ocasiones he utilizado este modelo como una referencia que alcanzar o que evangelizar, tengo que reconoceros que cuando fui yo mismo el que podía trabajar bajo sus condiciones, sentí vértigo.

Para los que no conozcáis este modelo, aquí tenéis un enlace a la descripción que hace Netflix de su cultura. Es realmente interesante por lo que si no lo habéis leído, os lo recomiendo. Para los que os dé un poco más de pereza, podríamos destacar que no hay política de horarios, política de vacaciones y a nivel de gastos te piden que gastes como si estuvieses en tu propia empresa. El objetivo es buscar empleados autosuficientes. Para ello te brindan un ambiente de libertad para tomar tus propias decisiones, junto con la responsabilidad que acompaña.

Conversaciones interesantes

Aunque es posible que ya lo hayáis descubierto, quizás todavía os preguntáis cómo me di cuenta que estaba lidiando con esta situación de Freedom & Responsibility. Pues bien, la respuesta es sencilla. Si alguna vez a toda pregunta que hagáis os responden con un “tú verás” o algo por el estilo, es posible que estéis en la misma situación en la que estuve yo. Nadie me ha dicho esto tantas veces como Jerónimo Palacios. Aquí va un ejemplo de conversación:

—¿Qué horario tendré?

—El que tú quieras.

—¿Y vacaciones?

—Las que tú consideres.

—¿Clientes para trabajar?

—Ya veremos. Quizás ya haya, quizás no.

—Entonces, ¿cuál será mi foco?

—Dependerá de ti.

—Vale, ¿y sueldo?

—El que tú consideres.

—¡Arg!

Tenías que haber visto mi cara en aquellas conversaciones, estaba totalmente descolocado. Eso sí, os garantizo que uno de los propósitos que buscaba, al igual que cualquier buen Scrum Master, es que antes de lanzarle cualquier otra pregunta, recapacitaba sobre la posible respuesta que me iba a decir. En ocasiones, incluso se la acompañaba junto a la pregunta para ver si estaba entendiendo el sistema y bueno, eso que le ahorraba porque siempre terminaban de la misma forma.

Un mar de dudas

Volviendo al camino que os estoy contando, aquí estoy, trabajando en Jerónimo Palacios & Associates desde hace pocas semanas. Y ahora bien, ¿qué ha supuesto para mí tener que enfrentarme a estas decisiones, a este modelo? ¿Qué me ha proporcionado y por qué finalmente decidí dar el paso? Tengo que reconocer que a nivel profesional nunca me ha costado tanto tener que tomar una decisión, más cuando contaba con la suerte de tener sobre la mesa otras ofertas que sí establecían unos límites muy claros al igual que unas condiciones muy interesantes.

Bajo mi punto de vista, lidiar con una situación así me ha hecho avanzar un peldaño más en la escalera de la madurez, pues no sólo me ha hecho reflexionar nuevamente sobre qué quiero hacer y hacia dónde quiero ir, sino que me ha llevado a hacerme preguntas del estilo a, ¿cuánto vale mi trabajo? ¿Qué retorno de inversión soy capaz de producir? ¿Cuánto estoy dispuesto a dedicar a mi trabajo? Y es que en este modelo eres tú el que establece la mayoría de las reglas pero todas ellas bajo una condición: máximo cada tres meses tenemos que sentarnos, inspeccionar ingresos y gastos, adaptando la estrategia de ser necesario.

Y más dudas

Puede parecer que ya han acabado las dudas pero no es así. Vienen otras preguntas nueva a la mente: ¿cuánto negocio hay? ¿En qué ubicación? ¿Qué tarifa es la más adecuada? ¿Seré capaz de producir tanto como para que la empresa pueda asumir lo que me gustaría cobrar? Pues un dato que es importante es que no sólo debes producir lo que recibes neto, sino que a eso hay que añadirle gastos de empresa, Seguridad Social, fondo de emergencia, etc. En resumen, a lo que te gustaría cobrar puedes sumarle aproximadamente un 40% más y eso es lo que le cuesta a la empresa. Sí, un 40% más, ¿asombrado?

Lo bueno de este sistema es que todas las decisiones dependerán en primer lugar de ti mismo. Digo en primer lugar porque lógicamente siempre habrá alguien ahí para ver si lo que está ocurriendo tiene sentido o no, pudiendo establecer un punto de inspección y adaptación si es necesario. Al depender de cada uno, es donde podemos empezar a pensar de forma totalmente subjetiva, lo que queremos y lo que necesitamos, pues habrá quién quiera y necesite más, y habrá quien quiera y necesite menos. La empresa lo único que espera es que generes beneficios, obvio ¿no?. En cualquier caso, si no está siendo así, siempre están esos puntos de inspección y adaptación donde poder analizar qué está ocurriendo, qué estrategia se está siguiendo y si hay que adaptar en consecuencia.

Decisión

Sinceramente, a día de hoy estoy encantado de haber tomado la decisión de unirme a esta aventura. Me está permitiendo hacer reflexiones que nunca hice, aprender a un ritmo con el que jamás hubiese imaginado, aportar valor directo a las personas con las que trabajo, a las que estoy ayudando en su aprendizaje o con las que colaboro. Sabéis qué es lo mejor de todo, que lo estoy haciendo siendo extremadamente feliz.

Me gustaría terminar este artículo diciendo que cuando digo “decidí” quiero decir “decidimos”. Sin el apoyo de mi familia y en especial de mi mujer, seguro que finalmente no me hubiese atrevido a dar el paso. Gracias por todo.

Mantente al día a través de nuestra Newsletter Susbribirse

Jeronimo Palacios & Associates

Copyright © 2023 · Jerónimo Palacios & Associates S.L.

  • Aviso legal
  • Condiciones de venta
  • Política de cookies
  • Política de privacidad